Lares

Un pueblo montañoso rico en historia y café. 

Situado a más de 3,900 pies (1,200 metros) sobre el nivel del mar, Lares es un pintoresco pueblo en la región occidental de Puerto Rico. Más de 30,000 personas viven en este pueblo montañoso, donde la industria agrícola abarca cultivos como café, batatas, plátanos y cítricos. Lares limita con Camuy al norte; Hatillo, Utuado y Adjuntas al este; Yauco y Maricao al sur; y San Sebastián y Las Marías al oeste. Se tarda aproximadamente una hora y media en llegar a Lares en automóvil desde San Juan. 

La alta elevación de Lares ofrece aire fresco, paisajes verdes y vistas impresionantes. Para disfrutar del paisaje, visita el Mirador Mariana Bracetti, un espectacular mirador ubicado en el Parque el Jíbaro que ofrece vistas panorámicas tanto del pueblo como de las montañas. 

Un legado de libertad 

Lares jugó un papel importante en la historia política de Puerto Rico, una herencia que aún hoy se celebra. El 23 de septiembre de 1868, un levantamiento armado conocido como El Grito de Lares reunió a unos 1,000 rebeldes que lucharon contra el opresivo dominio colonial español. Si bien la revolución finalmente fue sofocada, el esfuerzo condujo a una importante reforma en la manera en que España gobernó la Isla y los derechos otorgados a sus ciudadanos. 

En honor a la revolución, el municipio organiza una celebración cada año el 23 de septiembre. Miles de personas acuden al pueblo para este evento anual, que reúne a artistas, músicos, atletas y otros para conmemorar el importante hito. 

Del grano a la taza 

Los adictos a la cafeína pueden conseguir fácilmente su dosis en Lares, que ha sido un importante centro de producción de café durante más de un siglo. La geografía, el suelo y el clima tropical crean las condiciones ideales para producir granos robustos y ricos. El municipio alberga un puñado de fincas que cultivan, tuestan, empaquetan y venden activamente sus variedades de alta calidad. Muchas fincas cafetaleras están abiertas al público para visitas y degustaciones. Puedes pasar fácilmente un día recorriendo haciendas en toda el área, deteniéndote en lugares que ofrecen cada uno su propio atractivo. No dejes de visitar Café Oro, cuyo café se reconoce fácilmente en las tiendas por su empaque metálico dorado; Café Lealtad, que opera una hacienda revivida del siglo XIX; y Café Lareño, una hacienda dirigida por caficultores de cuarta generación.